lunes, 8 de marzo de 2010

comida chatarra



Un estudio sugiere que subir el precio de la “comida basura” y bajar el precio de los alimentos saludables podría ser un método útil para cambiar la dieta de la población e instaurar hábitos de alimentación saludable.

El estudio concluye que más impuestos sobre el precio de los productos poco saludables podrían hacer caer el consumo de bebidas azucaradas e incrementar el consumo de alternativas sanas.

El estudio fue encabezado por Kiyah J. Duffey, profesor de la universidad de Carolina del Norte.

De acuerdo a este, los adultos tienden a comer menos pizza y beber menos refrescos azucarados cuando el precio de estos productos aumenta.

Un impuesto de 18% sobre productos no saludables provocaría un descenso de 56 calorías por persona, lo que permitiría bajar en 2,27 kilogramos el peso de cada consumidor y reducir su riesgo de padecer enfermedades.

Médicos y políticos han sugerido que los alimentos ricos en calorías, grasas saturadas y azúcar queden sujetos a impuestos y que los alimentos sanos sean subvencionados.

http://elcomercio.pe/noticia/424327/subir-precio-comida-chatarra-hara-que-gente-coma-mejor

En uno de los “paquetazos” de Morales Bermúdez se subió el precio de la carme y se bajo el precio de los huesos. Gálvez Ronceros compuso, entonces, un cuento en el que dos perros hablaban y -por supuesto- muy bien del gobierno. Mi crítica va en esa misma línea.

Como no queremos borrachos subamos el precio de todos los licores bebibles, y como sabemos que al subir el alcohol etílico, se consumirá matarratas, subamos también el alcohol industrial, y la gasolina y el querosene. Podemos, como compensación, bajar el precio de las gaseosas en la fe que los borrachines encontraran el sabor de la vida y etc.

Como no queremos fumadores (y soy uno) subamos el precio del tabaco y como sabemos que al subir el tabaco, se recurrirá a los cigarrillos chinos de contrabando, lleguemos a un acuerdo con los chinos para que también ellos eleven su precio, podemos bajar el precio de los caramelos y de los chocolates, seguro que los que se mueren de cáncer y tabaquismo, van a desesperarse por bombones suizos. ¿o no?

El problema aquí es el estimulo externo y el impulso interno. Miren pues, es una vieja conocida, se trata de la llamada “modificación de la conducta” yo emito un estimulo externo y por recompensa y castigo se hará modificar la conducta. “conductismo puro” Miren no ha desaparecido.

¡A las viejas profesoras que me hablaban con nuevo discurso les va a dar un ataque! : que se mueran…

Sin embargo el problema no es el modelo psicológico, sino una opción ética y politica.

Yo no tengo ningún derecho a decidir por los demás, no tengo ningún derecho a decirles a los demás que hacer, que consumir, que ver, que creer, que leer, que pensar. Por que yo no sé lo que es bueno para otros. Yo no soy Dios, no quiero serlo, ni quiero jugar a serlo.

A lo más que puedo aspirar es a tomar - yo - las decisiones más maduras, más sensatas y más inteligentes sobre mí vida, mi presente y mi futuro ¿Cuántos errores he cometido? ¿Cuántas veces he metido la pata? ¿Cuánto pecado de omisión me pesa? ¿Tengo yo derecho a decirles a otros que es lo bueno y que es lo correcto? De ninguna manera, y como docente me corresponde hacer – en la medida de lo posible – personas independientes en su actuar y en su pensar, nada más.

Pero Kiyah J. Duffey y compañia no son ni la sombra de la modestia, vamos allá, si alguien los considera razonables, yo no tengo nada que decir, a menos que vayan contra mis derechos, nadie puede imponerme nada, no lo voy a permitir, yo ya crecí y no me hacen falta tutores.

Se trata del viejo pleito de la libertad contra el autoritarismo, del individuo contra el Estado.

En Roma no había discusión: primero era el Estado - yo estoy con Roma en esto - pero el cristianismo vencedor postulaba al individuo en primer lugar y debía, para ser coherente, eliminar al Estado. De haber vivido en esa época y de haber visto a las primeras comunidades cristianas, habría apostado que a eso se apuntaba, pero no ocurrió así, el cristianismo no hizo desaparecer al Estado, al revés lo volvió omnipotente, eliminó la elección personal y creó todo este desbarajuste.

- Me dan permiso, yo voy a… matarme ¿alguien se opone?
- Haz lo que te de la gana
- Exactamente

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