jueves, 31 de diciembre de 2009
PERFIL DOCENTE
En Argentina, su docente al concluir su formación: deberá dominar los contenidos básicos comunes y ser capaz de contextualizarlos en su tarea docente.
· Estar en condiciones de fundamentar teóricamente sus prácticas de enseñanza enmarcadas en concepciones éticas y sociales del conocimiento, en función de la escuela y de la educación.
· Tener condiciones personales y la formación ética y técnica requerida para establecer relaciones institucionales y personales positivas.
· Ser capaz de participar, juntamente con otros docentes, en la elaboración y la implementación del Proyecto Educativo Institucional, de acuerdo con el contexto social particular de la escuela.
· Ser capaz de analizar y de interpretar los resultados de su trabajo, de
evaluarlos y de modificarlos para mejorar la calidad de los aprendizajes.
· Estar en condiciones de efectuar actividades de búsqueda, sistematización y análisis de información de fuentes primarias, de resultados de innovaciones y de investigaciones, así como de bibliografía actualizada sobre temas
En Colombia los docentes serán capaces de: resolver los problemas de la educación y de la enseñanza que van a ser objeto de su intervención, las teorías que los explican y ayudan a comprender críticamente, lo mismo que de aquellas que le permitan entenderse a sí mismo y a sus alumnos, los saberes con los cuales va a formar a otros y de las competencias didácticas propias del ejercicio de su actividad formativa, las fuentes de la realidad y del criterio que contextualizan la profesión en los ámbitos local, nacional e internacional, y un dominio de la historia y de la lógica vinculado con la comprensión y la construcción de teorías pedagógicas, en tanto conocimientos que fundamentan su profesión y le otorgan identidad intelectual, los criterios y las normas que regulan la profesión y su ejercicio ético y responsable.
En Panamá: La formación del docente panameño establece el siguiente perfil: un educador capaz de preservar y enriquecer su salud física, mental y social comprometido con los valores cívicos, éticos, morales, sociales, políticos, económicos, religiosos y culturales, dentro de un espíritu nacionalista, con amplia visión del universo, con sentimientos de justicia social, solidaridad humana, vocación docente y actitud crítica, creativa y científica en el ejercicio de la profesión.
En México deben tener: Un dominio cabal de su materia de su trabajo, por haber logrado una autonomía profesional que le permita tomar decisiones informadas, por comprometerse con los resultados de su acción docente, por evaluarla críticamente, por trabajar en conjunto con sus colegas, y por manejar su propia formación permanente. El maestro de educación básica dispondrá de las capacidades que le permitan organizar el trabajo educativo, de diseñar y poner en práctica estrategias y actividades didácticas con el fin de que todos sus educandos alcancen los propósitos de la educación; de reconocer la diversidad de los niños que forman el grupo a su cargo. Atender a su enseñanza por medio de una variedad de estrategias didácticas que desarrollará de manera creativa. Reconocerá la importancia de tratar con dignidad y afecto a sus alumnos; Aprovechará los contenidos curriculares y las experiencias y conductas cotidianas en el aula y en la escuela para promover la reflexión y el diálogo sobre asuntos éticos y sobre problemas ambientales que disminuyen la calidad de vida de la población; Propiciará el desarrollo moral autónomo de sus alumnos, y favorecerá la reflexión y el análisis del grupo.
En República Dominicana:
Que sea graduado universitario con el nivel de formación inicial requerido por el sistema, y con la capacidad de desempeñarse en el trabajo con dominio de sus funciones, tanto pedagógicas como administrativas.
· Que tenga capacidad de aprendizaje y un espíritu crítico e innovador que le permita valorar las nuevas corrientes e incorporarlas a su práctica, con el objetivo de hacer el mejor aporte posible a la comunidad educativa a la que pertenece.
· Que sea íntegro, capaz de servir de modelo y de ejemplo a sus alumnos y a los que trabajan en su entorno. Que tenga capacidad de actuar con ecuanimidad y equilibrio, que exprese su identidad con la cultura nacional, y sensibilidad social en sus prácticas y actividades y con los seres que le rodean.
· Que sea respetuoso de su entorno y siempre comprometido con la excelencia. Que sea un individuo capaz de integrarse a una comunidad y de comprometerse con una visión de excelencia.
Con capacidad para examinar críticamente y para transformar su práctica docente.
http://www.educar.org/MFDTIC/Documentos/perfildocente.asp
Livia es un arquetipo
Livia Drusa Augusta, Livia Drusila o Julia Augusta nació en el año 57 antes de Cristo; Livia era hija de Marco Livio Druso Claudiano, la llamaban Drusila (pequeña Drusa) lo que puede significar que fue hija segunda
Livia era popular entre los romanos, tenía la imagen de hermosa y maternal, se la consideraba el modelo de matrona, esposa y madre honorable.
La Livia de la serie “Yo Claudio” reúne avidez y falta de escrúpulos, es manipuladora y simula virtudes, pero es un real sepulcro.
La mayoría de las mujeres tienen tendencia a poner un límite modesto a sus ambiciones; algunas, muy pocas, se fijan un limite audaz. Pero Livia era la única que no ponía límite alguno a las suyas y, sin embargo, se mantenía perfectamente serena y fría en medio de lo que, en otra mujer, habría sido juzgado como una locura ilimitada.
Hasta yo mismo, con excelentes oportunidades para observarla, sólo llegué a adivinar poco a poco, y en términos generales, cuáles eran sus intenciones. Pero aun así, cuando se conocieron las revelaciones finales, constituyeron una sorprendente conmoción.
Mi abuela Livia era una de las peores entre los Claudios. Es muy posible que haya sido una reencarnación de aquella Claudia, hermana de Claudio el Hermoso, que fue juzgada por alta traición
Robert Graves
http://www.sepeap.org/ [PDF] Yo, Claudio
miércoles, 30 de diciembre de 2009
los 10 descubrimientos arqueológicos del 2009
1. El señor de Úcupe, Perú
Un equipo científico dirigido por el arqueólogo canadiense Steve Bourget descubrió, en 2008, la tumba de un gran señor de la cultura Moche, en Ucupe, Perú. Este año, y tras analizar las piezas y joyas de la tumba, los investigadores revelaron que se trataba de un gobernante de aproximadamente 1700 años de antigüedad, cuyos restos no sólo entregan datos sobre la elite de esta cultura, sino sobre las jerarquías sociopolíticas de esta civilización, que lejos de lo que pensaba tenía un orden jerárquico único.
2. Los primeros caballos domesticados
Arqueólogos de las universidades de Exeter y Bristol (RU) publicaron en marzo un estudio que revela que el origen de la domesticación del caballo se remontaría unos 5500 años atrás, en el actual Kazajistán, y que habría sido realizada por la cultura Botai. Esto es unos mil años antes de lo pensado anteriormente y unos 2000 años antes de la aparición de los caballos domésticos en Europa.
3. Primitivos sistemas de riego, EE.UU.
Durante años los arqueólogos se habían preguntado cómo los antiguos agricultores cultivaron maíz en una zona rodeada de cactus en el desierto de Sonora (EEUU) en el año 2000 a.C. En el sitio de Las Capas, en las afueras de Tucson, el arqueólogo James Vint excavó una enorme red de canales y campos de una extensión de hasta 100 hectáreas que datan de 1200 años a.C y conservan hasta los detalles más finos, como los agujeros de plantación. Es el más antiguo sistema de riego documentado en América del Norte.
4. El tesoro anglosajón de Staffordshire, Inglaterra
El tesoro de Staffordshire, encontrado en julio de este año, en el centro de Inglaterra, está compuesto por unos 1.500 objetos de oro y plata datados en el siglo VII. El tesoro comprende empuñaduras de espadas, fragmentos de cascos de oro, algunos muy elaborados, y otras piezas de arsenal con incrustaciones de piedras preciosas.
5. Tallados del Popul Vuh, El Mirador, Guatemala
Arqueólogos descubrieron en la selva del norte de Guatemala paneles tallados que describen monstruos cósmicos, dioses y serpientes, las más antiguas representaciones que se conocen del libro sagrado de los mayas, Popul Vuh. Los dos paneles, hallados recientemente apilados uno sobre otro, ambos de unos ocho metros de largo, fueron creados alrededor del año 300 a.C. A los investigadores les tomó tres meses llegar a los tallados mientras excavaban en El Mirador, la ciudad maya más grande del mundo.
6. El primer zoológico de la historia, Egipto
El descubrimiento de varios animales enterrados en la antigua capital egipcia de Hierakónpolis reveló lo que pudo ser el primer zoológico en la historia de la humanidad. Son animales que vivieron hacia el 3500 a.C., y entre los que habían 10 perros, una cría de hipopótamo, una vaca y su ternero, dos elefantes, tres hipopótamos, 11 monos y seis gatos monteses.
7. Sacerdotisas de la edad de Hierro, Creta
Este verano fueron encontradas los restos de cuatro mujeres de la aristocracia, de edades comprendidas entre los siete y los 70 años, que vivieron en el siglo VIII a.C, al interior de un edificio funerario monumental. El suelo estaba cubierto con tiras finas de oro y las mujeres estaban rodeados de vasijas de bronce y estatuillas y joyas de oro, plata, cristal y marfil.
8. La primera guerra química, Dura-Europos, Siria
Un investigador de la U. de Leicester (Reino Unido), estudió una veintena de soldados romanos cuyos restos fueron encontrados en una mina en Siria, y que evidencian que sus muertes se produjeron por asfixia, motivada por un ataque con gas venenoso confeccionado con betún y cristales de azufre.
9. Palacio de Mitrídates, Kuban, Rusia
Arqueólogos rusos habían buscado durante décadas el hogar de Mitrídates VI, el rey más poderoso de Asia Menor en el siglo I a.C. Este año se hallaron restos incinerados de un gran edificio y más de 300 monedas, entre ellas varias que representaban a Mitrídates.
10. Vasija con texto del Rubaiyat, Jerusalén, Israel
Un grupo de arquéologos encontró un fragmento de cerámica antigua con una inscripción, en un sitio de construcción, de viviendas judías, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Resultó ser una línea del Rubaiyat, una colección de cuatro versos, escrito por Omar Khayyam (1048-1131 d.C), considerada la mayor obra persa medieval.
http://www.latercera.com/contenido/739_210893_9.shtml
http://peru21.pe/noticia/356536/muestran-joyas-senor-ucupe
http://amautacuna.blogspot.com/2009/10/el-senor-de-ucupe.html
http://skyscraperperu.com/noticias-chiclayo/428-presentaron-al-senor-de-ucupe-y-se-construira-museo-de-sitio.html
http://ciudaddechiclayo.blogspot.com/2008/07/nueva-tumba-descubierta-en-ucupe-el.html
http://elcomercio.pe/edicionimpresa/Html/2008-07-26/muestran-joyas-senor-ucupe.html
http://www.diariocritico.com/peru/2008/Julio/noticias/85340/huaca-chiclayo-guerrero-sipan.html
http://incapoint.wordpress.com/2008/08/01/senorio-de-sipan-encuentran-la-tumba-de-otro-senor-moche-en-huaca-rajada/
El regalo de los Reyes Magos
Evidentemente no había nada que hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio de los lloriqueos.
Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa, echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana. No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría descrito como tal.
Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al departamento una tarjeta con el nombre de "Señor James Dillingham Young".
La palabra "Dillingham" había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de "Dillingham" se veían borrosas, como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta y humilde "D". Pero cuando el señor James Dillingham Young llegaba a su casa y subía a su departamento, le decían "Jim" y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, a quien hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.
Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas con el cisne de plumas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró hacia afuera, apenada, y vio un gato gris que caminaba sobre una verja gris en un patio gris. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y ochenta y siete centavos para comprarle un regalo a Jim. Había estado ahorrando cada centavo, mes a mes, y éste era el resultado. Con veinte dólares a la semana no se va muy lejos. Los gastos habían sido mayores de lo que había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para comprar un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para él. Algo fino y especial y de calidad -algo que tuviera justamente ese mínimo de condiciones para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. Quizás alguna vez hayan visto ustedes un espejo de cuerpo entero en un departamento de ocho dólares. Una persona muy delgada y ágil podría, al mirarse en él, tener su imagen rápida y en franjas longitudinales. Como Delia era esbelta, lo hacía con absoluto dominio técnico. De repente se alejó de la ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer cuan larga era.
Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era el reloj de oro que había sido del padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera de Delia. Si la Reina de Saba hubiera vivido en el departamento frente al suyo, algún día Delia habría dejado colgar su cabellera fuera de la ventana nada más que para demostrar su desprecio por las joyas y los regalos de Su Majestad. Si el rey Salomón hubiera sido el portero, con todos sus tesoros apilados en el sótano, Jim hubiera sacado su reloj cada vez que hubiera pasado delante de él nada más que para verlo mesándose su barba de envidia.
La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló como una cascada de pardas aguas. Llegó hasta más abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo, nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.
Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas y con el brillo todavía en los ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras para salir a la calle.
Donde se detuvo se leía un cartel: "Mme. Sofronie. Cabellos de todas clases". Delia subió rápidamente Y, jadeando, trató de controlarse. Madame, grande, demasiado blanca, fría, no parecía la "Sofronie" indicada en la puerta.
-¿Quiere comprar mi pelo? -preguntó Delia.
-Compro pelo -dijo Madame-. Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo.
La áurea cascada cayó libremente.
-Veinte dólares -dijo Madame, sopesando la masa con manos expertas.
-Démelos inmediatamente -dijo Delia.
Oh, y las dos horas siguientes transcurrieron volando en alas rosadas. Perdón por la metáfora, tan vulgar. Y Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim.
Al fin lo encontró. Estaba hecho para Jim, para nadie más. En ningún negocio había otro regalo como ése. Y ella los había inspeccionado todos. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y puro, que proclamaba su valor sólo por el material mismo y no por alguna ornamentación inútil y de mal gusto... tal como ocurre siempre con las cosas de verdadero valor. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta de que era exactamente lo que buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. La descripción podía aplicarse a ambos. Pagó por ella veintiún dólares y regresó rápidamente a casa con ochenta y siete centavos. Con esa cadena en su reloj, Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada correa que usaba en vez de una cadena.
Cuando Delia llegó a casa, su excitación cedió el paso a una cierta prudencia y sensatez. Sacó sus tenacillas para el pelo, encendió el gas y empezó a reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor. Lo cual es una tarea tremenda, amigos míos, una tarea gigantesca.
A los cuarenta minutos su cabeza estaba cubierta por unos rizos pequeños y apretados que la hacían parecerse a un encantador estudiante holgazán. Miró su imagen en el espejo con ojos críticos, largamente.
"Si Jim no me mata, se dijo, antes de que me mire por segunda vez, dirá que parezco una corista de Coney Island. Pero, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¡Oh! ¿Qué podría haber hecho con un dólar y ochenta y siete centavos?."
A las siete de la noche el café estaba ya preparado y la sartén lista en la estufa para recibir la carne.
Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer rellano de la escalera y, por un momento, se puso pálida. Tenía la costumbre de decir pequeñas plegarias por las pequeñas cosas cotidianas y ahora murmuró: "Dios mío, que Jim piense que sigo siendo bonita".
La puerta se abrió, Jim entró y la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós años y ¡ya con una familia que mantener! Necesitaba evidentemente un abrigo nuevo y no tenía guantes.
Jim franqueó el umbral y allí permaneció inmóvil como un perdiguero que ha descubierto una codorniz. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni de horror ni de ningún otro sentimiento para los que que ella hubiera estado preparada. Él la miraba simplemente, con fijeza, con una expresión extraña.
Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.
-Jim, querido -exclamó- no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía pasar la Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime "Feliz Navidad" y seamos felices. ¡No te imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!
-¿Te cortaste el pelo? -preguntó Jim, con gran trabajo, como si no pudiera darse cuenta de un hecho tan evidente aunque hiciera un enorme esfuerzo mental.
-Me lo corté y lo vendí -dijo Delia-. De todos modos te gusto lo mismo, ¿no es cierto? Sigo siendo la misma aún sin mi pelo, ¿no es así?
Jim pasó su mirada por la habitación con curiosidad.
-¿Dices que tu pelo ha desaparecido? -dijo con aire casi idiota.
-No pierdas el tiempo buscándolo -dijo Delia-. Lo vendí, ya te lo dije, lo vendí, eso es todo. Es Nochebuena, muchacho. Lo hice por ti, perdóname. Quizás alguien podría haber contado mi pelo, uno por uno -continuó con una súbita y seria dulzura-, pero nadie podría haber contado mi amor por ti. ¿Pongo la carne al fuego? -preguntó.
Pasada la primera sorpresa, Jim pareció despertar rápidamente. Abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos con discreción en otra dirección, hacia algún objeto sin importancia. Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada. Los Reyes Magos trajeron al Niño regalos de gran valor, pero aquél no estaba entre ellos. Este oscuro acertijo será explicado más adelante.
Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa.
-No te equivoques conmigo, Delia -dijo-. Ningún corte de pelo, o su lavado o un peinado especial, harían que yo quisiera menos a mi mujercita. Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer momento.
Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se escuchó un jubiloso grito de éxtasis; y después, ¡ay!, un rápido y femenino cambio hacia un histérico raudal de lágrimas y de gemidos, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del señor del departamento.
Porque allí estaban las peinetas -el juego completo de peinetas, una al lado de otra- que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, de carey auténtico, con sus bordes adornados con joyas y justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.
Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos húmedos y con una débil sonrisa, y dijo:
-¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!
Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:
-¡Oh, oh!
Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta palma de su mano. El precioso y opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente espíritu de Delia.
-¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella puesta.
En vez de obedecer, Jim se dejo caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y sonrió.
-Delia -le dijo- olvidémonos de nuestros regalos de Navidad por ahora. Son demasiado hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas. Y ahora pon la carne al fuego.
Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios -maravillosamente sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos de Navidad. Como eran sabios, no hay duda que también sus regalos lo eran, con la ventaja suplementaria, además, de poder ser cambiados en caso de estar repetidos. Y aquí les he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los verdaderos Reyes Magos.
Ubicación - Territorialidad
Una vez, hace muchos años, a una reunión de docentes, una colega llegó tarde -era muy guapa debo decirlo- la vi incomoda y traté -claro que sí- de ser acogedor con ella, después de buscarle un lugar donde pudiera sentarse y ponerla sumariamente al tanto de lo que hacíamos, intenté darle un empujón psicológico: "estás desubicada -le dije - pronto te vas a sentir a gusto".
Tuve conciencia, desde temprano, que el lugar que buscamos y donde nos quedamos era muy importante, de mi maestro-dentista aprendí que podía conocer a mis compañeros (alumnos suyos) por el lugar donde se sentaban en el aula. yo mismo en mi experiencia docente encontré la verdad de esta observación.
Quizá todos podamos recordar el pasaje bíblico sobre los asientos en la mesa, los lugares en la gloria, Cristo crucificado entre (en medio, en el centro) de dos ladrones. el que quiera ser primero... a Saqueo encaramado en un árbol, lo que se dice de los fariseos. el lugar es importante , también en el relato del hijo prodigo.
En la teoría sobre las técnicas de estudio se recomienda buscar un sitio para aprender
Durante mi época de estudiante los debates eran cotidianos (me alegro de eso) y ya de docente, a veces debo discutir, por supuesto, no es el enfrentamiento ideológico que viví durante mi formación, no es tampoco pedagógico (más bien es un debate político – por el poder- y de chata trascendencia) pero en esas reuniones -a las que prefiero no ir- lo primero que hago es buscar un lugar donde me sienta capaz de plantar mi estandarte y apuntar mi artillería.
Si queremos anular a alguien busquémosle un lugar adecuado y asunto resuelto (hay varias formas de "ningunear" en el habla de México)
- - - - - - - - - - - - - -
Pero acabo de conocer lo que el Dr. Carlos Caravantes profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense piensa sobre este asunto, dice él:
“Yo he puesto en clase a la gente a buscar su sitio. No solo los humanos, los perros, los gatos, tienen "su sitio" en sus casas. Un perro muy pequeñito, en "su sitio", en su casa, es mucho más poderoso que cualquier perro grande que llegue, la sensación que da el sitio, el poder que da el sitio es percibido, cualquier zoólogo lo puede decir. El sitio de tu enemigo es igual de diferente que tu sitio, puedes encontrar un sitio que sea diferente, no te quedes allí si estás incomodo, sólo el sitio en que estés cómodo es tu sitio
lo que intuitivamente conocía viene con categoría de autoridad, entonces ¿alguién conoce alguna razón para no aplicarlo en aulas el 2010?.
martes, 29 de diciembre de 2009
estupefactos 2
La visita del profesor de Harvard, economista y autor de importantes trabajos sobre competitividad, estrategia empresarial y clusters, Michael Porter, ha desatado encendidas reacciones.
Necesitamos una discusión sobre el modelo de desarrollo del Perú, a la luz del fracaso del modelo neoliberal responsable de la crisis mundial del 2009.
Esta discusión no ha ocurrido; hemos visto una reacción ideologizada de los defensores del modelo actual.
Comenzando por García que ha dicho:
“Este gurú de nombre Michael Porter cometió un grave error, porque repitió en el Perú lo mismo que dice en otros países. El grave error que han cometido siempre las grandes instituciones internacionales y los gurúes de la economía ha sido querer aplicar la misma lección y el mismo diagnóstico a todos los países, sin saber en qué país están”.
otros han desautorizado a Porter, con diversos argumentos, que pueden resumirse en dos:
(i) no conoce la realidad peruana, y
(ii) aplica las mismas recetas a todos los países que lo invitan.
He tenido oportunidad de ver los dos documentos (en power point) que utilizó Porter en las conferencias que dio, en la Universidad del Pacífico y en Interbank.
Esto es lo que ha presentado:
1) Un análisis comparativo del Perú con otras 50 economías de desarrollo intermedio, en variables claves como crecimiento, ingreso per cápita, empleo, tecnología, entre otras.
2) Un análisis de la economía peruana, reconociendo su “muy buen desempeño macroeconómico”.
3) Propone situar a la macroeconomía dentro de un contexto más amplio de elementos, como el entorno de los negocios, la estructura social e institucional, entre otros.
4) Elabora un perfil competitivo del Perú,
5) Analiza las fortalezas, debilidades y problemas actuales del Perú
6) Entre otros, presenta el tema de la corrupción en el Perú, afirmando que es muy alta y que está empeorando (¿habrá sido el motivo de la ira presidencial?)
7) Un análisis del portafolio de la exportaciones peruanas, comparándolo con el de otros países; incluyendo nuestra participación en algunos mercados claves.
8) Una descripción de las condiciones de competitividad de las regiones del Perú, a la luz de su teoría de los clusters.
9) Un análisis de la relación del Perú con sus vecinos, tratando de descubrir sus potencialidades.
Después de todo este trabajo, concluye que
al Perú le falta una estrategia de desarrollo competitivo, que pueda encarar y resolver los nuevos retos que tiene nuestra economía.
el Perú necesita: más competitividad, valor agregado en sus exportaciones, empleo, innovación, mejor distribución del ingreso, educación de calidad, inversión en ciencia y tecnología, acabar con la corrupción en todo el Estado.
se trata de una presentación impecable, indispensable para una agenda del Perú
Las acusaciones realizadas, de ignorancia y de falta de rigor , son completamente falsas, no corresponden con el contenido y con la forma en que el profesor Porter ha hecho sus análisis, críticas y aportes.
Entonces ¿dónde está la explicación para estas críticas tan fuera de lugar, tan falsas como destempladas?
el artículo de César Hildebrandt (Estupefactos) que se publicó antes que todas estas críticas, y en donde resume los planteamientos de Porter.
Este artículo circulo por la Internet casi como el discurso de Gastón Acurio en la Universidad del Pacífico.
si lo dicho por Porter se hubiera quedado en los claustros universitarios no pasaba nada, nadie se enteraba; pero como se convirtió en un hecho político, había que contestarle y quitarle piso.
no es difícil encontrar las razones por las que García desautoriza a Porter: él no acepta críticas, nadie lo puede contradecir, él es el Rey.
Para el caso del resto, los economistas, periodistas y hombres de negocio que criticaron a Porter, puedo encontrar dos explicaciones:
(i) la ideología neoliberal en el Perú ha alcanzado niveles de dogma, de fundamentalismo religioso, sólo comparado al que tienen algunas facciones musulmanas violentas y sendero luminoso. Nadie puede tocar al modelo, es palabra divina, la cuarta espada del pensamiento gonzalo.
(ii) el comportamiento servil que se implantó en la colonia durante más de 300 años todavía está vivo en el Perú; nadie puede tocar al rey, nadie lo puede contradecir, hay que salir en su defensa, que no se vaya a amargar.
ni la soberbia, ni el dogmatismo, ni al ayayerismo han sacado a un país adelante; es indispensable desterrarlos.
Fernando Villarán
http://compartidoespacio.blogspot.com/2009/12/que-hay-detras-de-las-criticas-porter.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email
No soy un aculturado
La ilusión de juventud del autor parece haber sido realizada. No tuvo más ambición que la de volcar en la corriente de la sabiduría y el arte del Perú criollo el caudal del arte y la sabiduría de un pueblo al que se consideraba degenerado, debilitado o "extraño" e "impenetrable" pero que, en realidad, no era sino lo que llega a ser un gran pueblo, oprimido por el desprecio social, la dominación política y la explotación económica en el propio suelo donde realizó hazañas por las que la historia lo consideró como gran pueblo: se había convertido en una nación acorralada, aislada para ser mejor y más fácilmente administrada y sobre la cual sólo los acorraladores hablaban mirándola a distancia y con repugnancia o curiosidad.
Pero los muros aislantes y opresores no apagan la luz de la razón humana y mucho menos si ella ha tenido siglos de ejercicio; ni apagan, por tanto, las fuentes del amor de donde brota el arte.
Dentro del muro aislante y opresor, el pueblo quechua, bastante arcaizado y defendiéndose con el disimulo, seguía concibiendo ideas, creando cantos y mitos. y bien sabemos que los muros aislantes de las naciones no son nunca completamente aislantes.
A mí me echaron por encima de ese muro, un tiempo, cuando era niño; me lanzaron en esa morada donde la ternura es más intensa que el odio y donde, por eso mismo, el odio no es perturbador sino fuego que impulsa.
Contagiado para siempre de los cantos y los Mitos, llevado por la fortuna hasta la Universidad do San Marcos, hablando por vida el quechua, bien incorporado al mundo de los cercadores, visitante feliz de grandes ciudades extranjeras, intenté convertir en lenguaje escrito lo que era como individuo: un vínculo vivo, fuerte, capaz de universalizarse, de la gran nación cercada y la parte generosa, humana, de los opresores.
El vínculo podía universalizarse, extenderse; se mostraba un ejemplo concreto, actuante.
El cerco podía y debía ser destruido; el caudal de las dos naciones se podía y debía unir. Y el camino no tenia por qué ser, ni era posible que fuera únicamente el que se exigía con imperio de vencedores expoliadores, o sea: que la nación vencida renuncie a su alma, aunque no sea sino en la apariencia, formalmente, y tome la de los vencedores, es decir que se aculture.
Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua.
Deseaba convertir esa realidad en lenguaje artístico y tal parece, según cierto consenso más o menos general, que lo he conseguido. Por eso recibo el premio Inca Garcilaso de la Vega con regocijo.
Pero este discurso no estaría completo si no explicara que el ideal que intenté realizar, y que tal parece que alcancé hasta donde es posible, no lo habría logrado si no fuera por dos principios que alentaron mi trabajo desde el comienzo.
En la primera juventud estaba cargado de una gran rebeldía y de una gran impaciencia por luchar, por hacer algo. Las dos naciones de las que provenía estaban en conflicto: el universo se me mostraba encrespado de confusión, de promesas, de belleza más que deslumbrante, exigente.
Fue leyendo a Mariátegui y después a Lenin que encontré un orden permanente en las cosas; la teoría socialista no sólo dio un cauce a todo el porvenir sino a lo que había en mí de energía, le dio un destino y lo cargó aún más de fuerza por el mismo hecho de encauzarlo. ¿Hasta dónde entendí el socialismo? No lo sé bien. Pero no mató en mí lo mágico.
No pretendí jamás ser un político ni me creí con aptitudes para practicar la disciplina de un partido, pero fue la ideologia socialista y el estar cerca de los movimientos socialistas lo que dio dirección y permanencia, un claro destino a la energia que sentí desencadenarse durante la juventud.
El otro principio fue el de considerar siempre el Perú como una fuente infinita para la creación. Perfeccionar los medios de entender este país infinito mediante el conocimiento de todo cuanto se descubre en otros mundos.
No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y calor, de amor y odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores. No por gusto, como diría la gente llamada común, se formaron aquí Pachacámac y Pachacútec, Huamán Poma, Cieza y el Inca Garcilaso, Túpac Amaru y Vallejo, Mariátegui y Eguren, la fiesta de Qoyllur Riti y la del Señor de los Milagros; los yungas de la costa y de la sierra; la agricultura a 4.000 metros; patos que hablan en lagos de altura donde todos los insectos de Europa se ahogarían; picaflores que llegan hasta el sol para beberle su fuego y llamear sobre las flores del mundo. Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso.
En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta qué tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo.
Ojalá no haya habido mucho de soberbia en lo que he tenido que hablar; les agradezco y les ruego dispensarme.
José María Arguedas
ARROZ CHAUFÁN
¿Donde se prepara?
en el Perú no
¿entonces dónde?
Sí, allí ... adivinaron
¿Desde cuando?
el Arroz chaufa (nuestro arroz chaufa) es más antiguo.
en China se vende arroz chaufa con otro nombre: Arroz de Lima
lunes, 28 de diciembre de 2009
¿apellidos conocidos?
lo maravilloso
PEREZA
los que sufren de una falta de vida
y los que sufren de una superabundancia de vida
casí toda la conducta y la actividad humana no es necesariamente diferente del comportamiento animal
la brecha entre Platón o Nietzsche y el ser humano promedio es mayor que el salto entre este chimpancé y el humano medio
el verdadero artista, el santo, el filósofo, rara vez se logra.
¿por qué la historia y la evolución no es una historia de progreso? no se han desarrollado valores mejores, hace 3 mil años, los griegos estaban avanzados como nosotros hoy
¿qué son esas barreras que evitan que la gente logre alcanzar su potencia real?
la respuesta la podemos encontara en otra pregunta:
¿Cuál es la característica humana más universal, el miedo... o la pereza?
Algo muy grave va a suceder en este pueblo
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.
Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
-Te apuesto un peso a que no la haces.
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:
-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:
-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
-¿Y por qué es un tonto?
-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Entonces le dice su madre:
-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.
La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:
-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.
Entonces la vieja responde:
-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:
-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)
-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
-Hay un pajarito en la plaza.
Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.
Gabriel García Márquez
constructora daña geoglifos de Nasca
La empresa peruana arrojó desmonte en el lugar donde se ubican dichos vestigios históricos, los cuales datan de los años 300 y 400 después de Cristo, según un informe difundido hoy por el diario local "El Comercio".
Los trabajos de construcción dañaron de modo irreversible 40 por ciento de una figura geométrica que pertenece a la cultura Nasca.
Se trata de un geoglifo de 500 metros en forma de trapecio que se ubica sobre la meseta de Sacramento, en el distrito de Llipata, que muestra profundos surcos ocasionados por el paso constante de camiones de hasta 30 toneladas de capacidad de carga.
El director del Proyecto de Investigación Arqueológica Palpa-Nasca, el arqueólogo Johny Isla, exigió a la municipalidad y al Instituto Nacional de Cultura que prohíba el paso de los vehículos pesados al sector y que sancionen a la empresa constructora responsable de los daños.
El especialista denunció también la alteración de un conjunto de pequeñas líneas que se entrecruzaban con el principal geoglifo.
La figura, que data de entre los años 300 y 400 después de Cristo, formaba parte de los diseños elaborados por los antiguos hombres de Nasca sobre las planicies de Palpa.
Debido a la magnitud del daño, Isla descartó restaurar el geoglifo.
El tránsito pesado de camiones removió y erosionó toda la capa superficial, e hizo surcos de hasta 40 centímetros de profundidad, lo cual borró las evidencias del trapecio.
Tras la declaratoria de los geoglifos de Nasca como Patrimonio Cultural de la Humanidad hace 15 años por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco), que evalúa darle a los dibujos de Palpa la misma calificación.
En Palpa están registrados unos 1.500 dibujos, trapecios, campos barridos y líneas, varios de los cuales también fueron diseñados por los hombres paracas (antiguos guerreros peruanos).
Los nascas elaboraron grandes trapecios, como el que sufrió daños en la meseta de Sacramento, en las partes altas y llanas.
Además se dibujaron líneas que se entrecruzaban y se orientaban en dirección al este, por donde discurrían las aguas.
Esto tiene un nombre: ¿Cuál? SUBDESARROLLO
¿de donde sale la información?
28-12-2009 ,Agencia de noticias Xinhua
http://spanish.china.org.cn/international/txt/2009-12/28/content_19143545.htm
domingo, 27 de diciembre de 2009
JUSTICIA 2009
INFORME SOBRE SOLICITUD DE EXTRADICIÓN DE ALBERTO FUJIMORI
De acuerdo al análisis efectuado, esta Fiscalía es de opinión que:
I.- Se rechace la petición de extradición del ciudadano peruano Alberto Fujimori, respecto de los siguientes cargos:
El delito de vejación o abuso de autoridad en el cargo "Allanamiento Ilegal".
Los delitos de asociación ilícita para delinquir referidos en los casos
"Pago SUNAT-Borobio";
"Intercepción telefónica";
"Faisal";
"Tractores chinos y Medios de Comunicación";
"Medicinas chinas";
"15 millones";
"Congresistas tránsfugas";
"Desviación de fondos"; y,
"Decretos de Urgencia."
Los delitos de intercepción telefónica, cometidos con anterioridad al 20 de noviembre de 1995.
Los delitos de usurpación de funciones y peculado respecto del caso "Tractores chinos", con excepción del delito de peculado en los casos denominados "Medios de Comunicación".
Los delitos de secuestro indicados en el caso "Sótanos del SIE."
El delito de traición a la Patria", formulado en el cargo "Decretos de Urgencia."
II.- Conceda la extradición solicitada de la persona indicada por los siguientes cargos:
Los delitos de peculado referidos en los casos
"Pago SUNAT-Borobio";
"Intercepción telefónica",
"Pagos a Héctor Faisal";
"Medios de Comunicación";
"15 millones"
"Desviación de fondos",
comprendiendo además del peculado agravado o de malversación de fondos públicos, el otorgamiento de un contrato simulado.
Respecto del cargo
"Decretos de Urgencia", los delitos de falsedades materiales e ideológicas en su dictación.
Respecto del cargo
"Medicinas Chinas", en lo que se refiere al delito de "colusión desleal".
Los delitos de corrupción activa de funcionarios
Por los crímenes reiterados de homicidios calificados -Barrios Altos y La Cantuta-, lesiones graves, y desaparición forzada de personas,
En consecuencia, esta Fiscalía es de parecer que acoja el requerimiento de extradición del ciudadano peruano Alberto Fujimori Fujimori, respecto de los delitos precedentemente señalados
http://www.elpais.com/especial/protagonistas/cesar-san-martin.html
Los primeros marplatenses
El descubrimiento fue realizado por arqueólogos de la Universidad Nacional de La Plata (Unlp) con la dirección del Dr. Mariano Bonomo.
Vivían junto al mar pero no pescaban; la base de su dieta era la carne de guanaco. Se movían en una franja costera de 300 km y establecían campamentos de no más de cien personas.
Los investigadores descubrieron uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de la costa bonaerense, sito en la zona de Punta Mogotes. Allí fueron hallados innumerables restos de lobos marinos, lo que permitió establecer, junto con el descubrimiento de armas de caza, que explotaron las colonias de lobos marinos para su alimentación.
Además de alimentarse con carne de guanaco, se dedicaban a la recolección de frutos por lo que se concluyó que no practicaban la agricultura.
Los sitios costeros y los del interior de la llanura pampeana poseen una serie de patrones compartidos que demuestran lazos culturales entre las poblaciones que los generaron. Los escasos fragmentos de cerámica decorados que se recuperaron en la costa presentan diseños similares a los registrados en sitios arqueológicos del interior. Esta alfarería decorada puede considerarse como un vehículo de transmisión de información no verbal codificada, compartida entre los grupos humanos que habitaron tanto la costa como el interior.
El objetivo de la investigación es establecer el modo de vida de los grupos que habitaron la región y cuál fue la influencia de los guaraníes que llegaron en épocas posteriores. Hasta el momento ya detectaron 55 sitios arqueológicos y realizaron excavaciones en dos de ellos.
Los estudios realizados sobre restos óseos humanos sugieren una misma dieta de alimentos de origen continental, complementada con recursos marinos.
Se detectaron similitudes en los ajuares funerarios como en el tipo de deformación craneana y de entierro secundario en contextos mortuorios, tanto de la costa como de las llanuras. Los instrumentos y herramientas de piedra hallados en las excavaciones realizadas en las zonas de médanos muestran características tecno-morfológicas semejantes a los elementos encontrados en los sitios arqueológicos del interior.
Por el valor de los descubrimientos, Bonomo fue distinguido con el premio “Estímulo para Jóvenes Investigadores”, que otorga la Fundación Museo de La Plata.
Diario “Hoy” (La Plata) - Área de Comunicación Institucional y Prensa del Conicet/Bs. As.
http://www.emprendedorxxi.coop/
Nota.- hace 1500 años - 500 DC, es el fin de Nazca y Mochica y el inicio de Wari
El Mausoleo de Cleopatra
Frente a la costa de Alejandría, arqueólogos griegos hallaron el gigantesco umbral de una puerta que, según creen, fue la entrada al mausoleo que Cleopatra VII, construyó para sí antes de su muerte. Piensan que debe haber sostenido una puerta de siete metros de altura,
Dijo Harry Tzalas, el historiador que dirige el equipo griego: En cuanto lo vi, supe que era una pieza clave de una puerta muy especial, era imposible que una pieza tan pesada, con herrajes para bisagras y puertas dobles, se hubiera podido mover con las olas. Por eso, no tenía la duda de que pertenecía al mausoleo. Al igual que las puertas de las tumbas macedonias, una vez que se cerraba, se cerraba para siempre.
En el siglo I d.C., el historiador griego Plutarco escribió que Marco Antonio, después de haber sido informado erróneamente de que Cleopatra se había suicidado, trató de quitarse la vida. Cuando el general agonizante expresó su deseo de morir junto a su amante, que estaba escondida dentro del mausoleo junto a sus damas de compañía, fue "izado con cadenas y cuerdas" hasta el piso superior del edificio para poder ser introducido en él a través de una ventana. Plutarco dice: "Una vez cerrado, el mecanismo de la puerta no podía volver a abrirse". El descubrimiento de piezas tan enormes en el Mar Mediterráneo frente a la entrada del mausoleo explicaría esta frase del historiador.
Tzalas dijo: "Durante años, los arqueólogos se han preguntado qué quiso decir con esto Plutarco, un historiador muy confiable. Y ahora, creo que tenemos la respuesta. Permitir que un hombre agonizante fuera izado con sogas no era muy amable, pero Cleopatra no podía hacer otra cosa. Estaba allí rodeada sólo de mujeres y ellas no podían abrir una puerta tan pesada".
El umbral, parte del complejo palaciego hundido en que se cree que murió Cleopatra, fue descubierto a ocho metros de profundidad, pero su existencia se divulgó esta semana. Aún no se lo ha subido a la superficie.
http://www.boticadelespectaculo.com/2009/12/descubrimiento-arqueologico-en.html
Wonderful Christmas Time
Paul McCartney
Demi Lovato
Simply having a wonderful Christmas time
Simplemente tener una Navidad maravillosa
A wonderful Christmas time
Un tiempo maravilloso de Navidad
wonderful Christmas time
tiempo de Navidad maravillosa
Mood is right Spirits up Ánimo
Estado de ánimo es correcto
we're here tonight
estamos aquí esta noche
and that's enough
y eso es suficiente
Simply having a wonderful Christmas time
Basta con tener un tiempo maravilloso de Navidad
The party's on
El partido en
The feeling here
La sensación aquí
It's all because
Es todo porque
It's time of year
Es la época del año
Simply having a wonderful Christmas time
Basta con tener un tiempo maravilloso de Navidad
A wonderful Christmas time
Un tiempo maravilloso de Navidad
a wonderful Christmas time
un maravilloso tiempo de Navidad
The choir of children sing their song
El coro de los niños canta su canción
Ding Dong Ding Dong
Ding Dong Ding Dong
They practice all night long
Ellos practican durante toda la noche
Ding Dong Ding Dong
Ding Dong Ding Dong
the word is out la palabra está fuera
about the town por la ciudad
to lift your glass para levantar la copa
I don't doubt No me cabe duda
Simply having a wonderful Christmas time
Basta con tener un tiempo maravilloso de Navidad
simply having a wonderful Christmas time
simplemente tener una Navidad maravillosa
Mood is right Spirits up Ánimo
Estado de ánimo es correcto
we're here tonight
estamos aquí esta noche
and that's enough
y eso es suficiente
Simply having a wonderful Christmas time
Basta con tener un tiempo maravilloso de Navidad
simply having a wonderful Christmas time
simplemente tener una Navidad maravillosa
Simply having a wonderful Christmas time
Basta con tener un tiempo maravilloso de Navidad
http://translate.google.com.pe/translate?hl=es&sl=en&u=http://www.azlyrics.com/lyrics/hilaryduff/wonderfulchristmastime.html&ei=DHQ3S5LNLI7AlAepnamhBw&sa=X&oi=translate&ct=result&resnum=10&ved=0CDQQ7gEwCQ&prev=/search%3Fq%3DWonderful%2BChristmas%2BTime%26hl%3Des%26sa%3DG
sábado, 26 de diciembre de 2009
Un árbol de Noel y una boda
Hace un par de días asistí yo a una boda... Pero no... Antes he de contarles algo relativo a una fiesta de Navidad. Una boda es, ya de por sí, cosa linda, y aquella de marras me gustó mucho... Pero el otro acontecimiento me impresionó más todavía. Al asistir a aquella boda, hube de acordarme de la fiesta de Navidad. Pero voy a contarles lo que allí sucedió.
Hará unos cinco años, cierto día entre Navidad y Año Nuevo, recibí una invitación para un baile infantil que había de celebrarse en casa de una respetable familia amiga mía. El dueño de la casa era un personaje influyente que estaba muy bien relacionado; tenía un gran círculo de amistades, desempeñaba un gran papel en sociedad y solía urdir todos los enredos posibles; de suerte que podía suponerse, desde luego, que aquel baile de niños sólo era un pretexto para que las personas mayores, especialmente los señores papás, pudieran reunirse de un modo completamente inocente en mayor número que de costumbre y aprovechar aquella ocasión para hablar, como casualmente, de toda clase de acontecimientos y cosas notables. Pero como a mí las referidas cosas y acontecimientos no me interesaban lo más mínimo, y como entre los presentes apenas si tenía algún conocido, me pasé toda la velada entre la gente, sin que nadie me molestara, abandonado por completo a mí mismo.
Otro tanto hubo de sucederle a otro caballero, que, según me pareció, no se distinguía ni por su posición social, ni por su apellido, y, a semejanza mía, sólo por pura causalidad se encontraba en aquel baile infantil... Inmediatamente hubo de llamarme la atención. Su aspecto exterior impresionaba bien: era de gran estatura, delgado, sumamente serio e iba muy bien vestido. Se advertía de inmediato que no era amigo de distracciones ni de pláticas frívolas. Al instalarse en un rinconcito tranquilo, su semblante, cuyas negras cejas se fruncieron, asumió una expresión dura, casi sombría. Saltaba a la vista que, quitando al dueño de la casa, no conocía a ninguno de los presentes. Y tampoco era difícil adivinar que aquella fiestecita lo aburría hasta la náusea, aunque, a pesar de ello, mostró hasta el final el aspecto de un hombre feliz que pasa agradablemente el tiempo. Después supe que procedía de la provincia y sólo por una temporada había venido a Petersburgo, donde debía de fallarse al día siguiente un pleito, enrevesado, del que dependía todo su porvenir. Se le había presentado con una carta de recomendación a nuestro amigo el dueño de la casa, por lo que aquél cortésmente lo había invitado a la velada: pero, según parecía, no contaba lo más mínimo con que el dueño de la casa se tomase por él la más ligera molestia. Y como allí no se jugaba a las cartas y nadie le ofrecía un cigarro ni se dignaba dirigirle la palabra -probablemente conocían ya de lejos al pájaro por la pluma-, se vio obligado nuestro hombre, para dar algún entretenimiento a sus manos, a estar toda la noche mesándose las patillas. Tenía, verdaderamente, unas patillas muy hermosas; pero, así y todo, se las acariciaba demasiado, dando a entender que primero habían sido creadas aquellas patillas, y luego le habían añadido el hombre, con el solo objeto de que les prodigase sus caricias.
Además de aquel caballero que no se preocupaba lo más mínimo por aquella fiesta de los cinco chicos pequeñines y regordetes del anfitrión, hubo de chocarme también otro individuo. Pero éste mostraba un porte totalmente distinto: ¡era todo un personaje!
Se llamaba Yulián Mastakóvich. A la primera mirada se comprendía que era un huésped de honor y se hallaba, respecto al dueño de la casa, en la misma relación, aproximadamente, en que respecto a éste se encontraba el forastero desconocido. El dueño de la casa y su señora se desvivían por decirle palabras lisonjeras, le hacían lo que se dice la corte, lo presentaban a todos sus invitados, pero sin presentárselo a ninguno. Según pude observar, el dueño de la casa mostró en sus ojos el brillo de una lagrimita de emoción cuando Yulián Mastakóvich, elogiando la fiesta, le aseguró que rara vez había pasado un rato tan agradable. Yo, por lo general, suelo sentir un malestar extraño en presencia de hombres tan importantes; así que, luego de recrear suficientemente mis ojos en la contemplación de los niños, me retiré a un pequeño boudoir, en el que, por casualidad, no había nadie, y allí me instalé en el florido parterre de la dueña de la casa, que cogía casi todo el aposento.
Los niños eran todos increíblemente simpáticos e ingenuos y verdaderamente infantiles, y en modo alguno pretendían dárselas de mayores, pese a todas las exhortaciones de ayas y madres. Habían literalmente saqueado todo el árbol de Navidad hasta la última rama, y también tuvieron tiempo de romper la mitad de los juguetes, aun antes de haber puesto en claro para quién estaba destinado cada uno. Un chiquillo de aquellos de negros ojos y rizos negros, hubo de llamarme la atención de un modo particular: estaba empeñado en dispararme un tiro, pues le había tocado una pistola de madera. Pero la que más llamaba la atención de los huéspedes era su hermanita. Tendría ésta unos once años, era delicada y pálida, con unos ojazos grandes y pensativos. Los demás niños debían de haberla ofendido por algún concepto, pues se vino al cuarto donde yo me encontraba, se sentó en un rincón y se puso a jugar con su muñeca. Los convidados se señalaban unos a otros con mucho respeto a un opulento comerciante, el padre de la niña, y no faltó quién en voz baja hiciese observar que ya tenía apartados para la dote de la pequeña sus buenos trescientos mil rublos en dinero contante y sonante. Yo, involuntariamente, dirigí la vista hacia el grupo que tan interesante conversación sostenía, y mi mirada fue a dar en Yulián Mastakóvich, que, con las manos cruzadas a la espalda y un poco ladeada la cabeza, parecía escuchar muy atentamente el insulso diálogo. Al mismo tiempo hube de admirar no poco la sabiduría del dueño de la casa, que había sabido acreditarla en la distribución de los regalos. A la muchacha que poseía ya trescientos mil rublos le había correspondido la muñeca más bonita y más cara. Y el valor de los demás regalos iba bajando gradualmente, según la categoría de los respectivos padres de los chicos. Al último niño, un chiquillo de unos diez años, delgadito, pelirrojo y con pecas, sólo le tocó un libro que contenía historias instructivas y trataba de la grandeza del mundo natural, de las lágrimas de la emoción y demás cosas por el estilo: un árido libraco, sin una estampa ni un adorno.
Era el hijo de una pobre viuda, que les daba clase a los niños del anfitrión, y a la que llamaban, por abreviar, el aya. Era el tal chico un niño tímido, pusilánime. Vestía una blusilla rusa de nanquín barato. Después de recoger su libro, anduvo largo rato huroneando en torno a los juguetes de los demás niños; se le notaban unas ganas terribles de jugar con ellos; pero no se atrevía; era claro que ya comprendía muy bien su posición social. Yo contemplaba complacido los juguetes de los niños. Me resultaba de un interés extraordinario la independencia con que se manifestaban en la vida. Me chocaba que aquel pobre chico de que hablé se sintiera tan atraído por los valiosos juguetes de los otros nenes, sobre todo por un teatrillo de marionetas en el que seguramente habría deseado desempeñar algún papel, hasta el extremo de decidirse a una lisonja. Se sonrió y trató de hacerse simpático a los demás: le dio su manzana a una nena mofletuda, que ya tenía todo un bolso de golosinas, y llegó hasta el punto de decidirse a llevar a uno de los chicos a cuestas, todo con tal de que no lo excluyesen del teatro. Pero en el mismo instante surgió un adulto, que en cierto modo hacía allí de inspector, y lo echó a empujones y codazos. El chico no se atrevió a llorar. En seguida apareció también el aya, su madre, y le dijo que no molestase a los demás. Entonces se vino el chico al cuarto donde estaba la nena. Ella lo recibió con cariño, y ambos se pusieron, con mucha aplicación, a vestir a la muñeca.
Yo llevaba ya sentado media horita en el parterre, y casi me había adormilado, arrullado inconscientemente por el parloteo infantil del chico pelirrojo y la futura belleza con dote de trescientos mil rublos, cuando de repente hizo irrupción en la estancia Yulián Mastakóvich. Aprovechó la ocasión de haberse suscitado una gran disputa entre los niños del salón para desaparecer de allí sin ser notado. Hacía unos minutos nada más lo había visto yo al lado del opulento comerciante, padre de la pequeña, en vivo coloquio, y, por alguna que otra palabra suelta que cogiera al vuelo, adiviné que estaba ensalzando las ventajas de un empleo con relación a otro. Ahora estaba pensativo, en pie, junto al parterre, sin verme a mí, y parecía meditar algo.
"Trescientos..., trescientos... -murmuraba-. Once.... doce..., trece..., dieciséis... ¡Cinco años! Supongamos al cuatro por ciento... Doce por cinco... Sesenta. Bueno; pongamos, en total, al cabo de cinco años... Cuatrocientos. Eso es... Pero él no se ha de contentar con el cuatro por ciento, el muy perro. Lo menos querrá un ocho y hasta un diez. ¡Bah! Pongamos... quinientos mil... ¡Hum! Medio millón de rublos. Esto es ya mejor... Bueno...; y luego, encima, los impuestos... ¡Hum!"
Su resolución era firme. Se escombró, y se disponía ya a salir de la habitación, cuando, de pronto, hubo de reparar en la pequeña. que estaba con su muñeca en un rincón, junto al niñito pobre, y se quedó parado. A mí no me vio, escondido, como estaba, detrás del denso follaje. Según me pareció, estaba muy excitado. Difícil sería, no obstante, precisar si su emoción era debida a la cuenta que acababa de echar o a alguna otra causa, pues se frotó sonriendo las manos, y parecía como si no pudiese estarse quieto. Su excitación fue creciendo hasta un extremo incomprensible, al dirigir una segunda y resuelta mirada a la rica heredera. Quiso avanzar un paso; pero volvió a detenerse y miró con mucho cuidado en torno suyo. Luego se aproximó de puntillas, como consciente de una culpa, lentamente y sin hacer ruido, a la pequeña. Como ésta se hallaba detrás del chico, se inclinó el hombre y le dio un beso en su cabecita. La pequeña lanzó un grito, asustada, pues no había advertido hasta entonces su presencia.
-¿Qué haces aquí, hija mía? -le preguntó por lo bajo, miró en torno suyo y le dio luego una palmadita en las mejillas.
-Estamos jugando...
-¡Ah! ¿Con éste? -y Yulián Mastakóvich lanzó una mirada al pequeño-. Mira, niño: mejor estarías en la sala -le dijo.
El chico no replicó, y se le quedó mirando fijo. Yulián Mastakóvich volvió a echar una rápida ojeada en torno suyo, y de nuevo se inclinó hacia la pequeña.
-¿Qué es esto, niña? ¿Una muñeca? -le preguntó.
-Sí, una muñequita... -repuso la nena algo forzada, y frunció levemente el ceño.
-Una muñeca... Pero ¿sabes tú, hija mía, de qué se hacen las muñecas?
-No... -respondió la niña en un murmullo, y volvió a bajar la cabeza.
-Bueno; pues mira: las hacen de trapos viejos, corazón. Pero tú estarías mejor en la sala, con los demás niños -y Yulián Mastakóvich, al decir esto, dirigió una severa mirada al pequeño. Pero éste y la niña fruncieron la frente y se apretaron más el uno contra el otro. Por lo visto, no querían separarse.
-¿Y sabes tú también para qué te han regalado esta muñeca? -tornó a preguntar Yulián Mastakóvich, que cada vez ponía en su voz más mimo.
-No.
-Pues para que seas buena y cariñosa.
Al decir esto, tornó Yulián Mastakóvich a mirar hacia la puerta, y luego le preguntó a la niña con voz apenas perceptible, trémula de emoción e impaciencia:
-Pero ¿me querrás tú también a mí si les hago una visita a tus padres? Al hablar así, intentó Yulián Mastakóvich darle otro beso a la pequeña; pero al ver el niño que su amiguita estaba ya a punto de romper en llanto, se apretujó contra su cuerpecito, lleno de súbita congoja, y por pura compasión y cariño rompió a llorar alto con ella. Yulián Mastakóvich se puso furioso.
-¡Largo de aquí! ¡Largo de aquí -le dijo con muy mal genio al chico-. ¡Vete a la sala! ¡Anda a reunirte con los demás niños!
-¡No, no, no! ¡No quiero que se vaya! ¿Por qué tiene que irse? ¡Usted es quien debe irse! -clamó la nena-. ¡Él se quedará aquí! ¡Déjele usted estar! -añadió casi llorando.
En aquel instante sonaron voces altas junto a la puerta y Yulián Mastakóvich irguió el busto imponente. Pero el niño se asustó todavía más que Yulián Mastakóvich; soltó a la amiguita y se escurrió, sin ser visto, a lo largo de las paredes, en el comedor. También al comedor se trasladó Yulián Mastakóvich, cual si nada hubiera pasado. Tenía el rostro como la grana, y como al pasar ante un espejo se mirase en él, pareció asombrarse él mismo de su aspecto. Quizá lo contrariase haberse excitado tanto y hablado de manera tan destemplada. Por lo visto, sus cálculos lo habían absorbido y entusiasmado de tal modo, que a pesar de toda su dignidad y astucia, procedió como un verdadero chiquillo, y en seguida, sin pararse a reflexionar, empezaba a atacar su objetivo. Yo lo seguí al otro cuarto..., y en verdad que fue un raro espectáculo el que allí presencié. Pues vi nada menos que a Yulián Mastakóvich, el digno y respetable Yulián Mastakóvich, hostigar al pequeño, que cada vez retrocedía más ante él y, de puro asustado, no sabía ya dónde meterse.
-¡Vamos, largo de aquí! ¿Qué haces aquí, holgazán? ¡Anda, vete! Has venido aquí a robar fruta, ¿verdad? Habrás robado alguna, ¿eh? ¡Pues lárgate en seguidita, que ya verás, si no, cómo te arreglo yo a ti!
El muchacho, azorado, se resolvió, finalmente, a adoptar un medio desesperado de salvación: se metió debajo de la mesa. Pero al ver aquello se puso todavía más furioso su perseguidor. Lleno de ira, tiró del largo mantel de batista que cubría la mesa, con objeto de sacar de allí al chico. Pero éste se estuvo quietecito, muertecito de miedo, y no se movió. Debo hacer notar que Yulián Mastakóvich era algo corpulento. Era lo que se dice un tipo gordo, con los mofletes colorados, una ligera tripa, rechoncho y con las pantorrillas gordas...; en una palabra: un tipo forzudo, que todo lo tenía redondito como la nuez. Gotas de sudor le corrían ya por la frente; respiraba jadeando y casi con estertor. La sangre, de estar agachado, se le subía, roja y caliente, a la cabeza. Estaba rabioso, de puro grande que eran su enojo o, ¿quién sabe?, sus celos. Yo me eché a reír alto. Yulián Mastakóvich se volvió como un relámpago hacia mí, y, no obstante su alta posición social, su influencia y sus años, se quedó enteramente confuso. En aquel instante entró por la puerta frontera el dueño de la casa. El chico se salió de debajo de la mesa y se sacudió el polvo de las rodillas y los codos. Yulián Mastakóvich recobró la serenidad, se llevó rápidamente el mantel, que aún tenía cogido de un pico, a la nariz, y se sonó.
El dueño de la casa nos miró a los tres sorprendido; pero, a fuer de hombre listo que toma la vida en serio, supo aprovechar la ocasión de poder hablar a solas con su huésped.
-¡Ah! Mire usted: éste es el muchacho en cuyo favor tuve la honra de interesarle... -empezó, señalando al pequeño.
-¡Ah! -replicó Yulián Mastakóvich, que seguía sin ponerse a la altura de la situación.
-Es el hijo del aya de mis hijos -continuó explicativo el dueño de la casa, y en tono comprometedor-, una pobre mujer. Es viuda de un honorable funcionario. ¿No habría medio, Yulián Mastakóvich...?
-¡Ah! Lo había olvidado. ¡No, no! -lo interrumpió éste presuroso-. No me lo tome usted a mal, mi querido Filipp Aleksiéyevich; pero es de todo punto imposible. Me he informado bien; no hay, actualmente, ninguna vacante, y aun cuando la hubiese, siempre tendría éste por delante diez candidatos con mayor derecho... Lo siento mucho, créame; pero...
-¡Lástima! -dijo pensativo el dueño de la casa-. Es un chico muy juicioso y modesto...
-Pues a mí, por lo que he podido ver, me parece un tunante -observó Yulián Mastakóvich con forzada sonrisa-. ¡Anda! ¿Qué haces aquí? ¡Vete con tus compañeros! -le dijo al muchacho, encarándose con él.
Luego no pudo, por lo visto, resistir la tentación de lanzarme a mí también una mirada terrible. Pero yo, lejos de intimidarme, me reí claramente en su cara. Yulián Mastakóvich la volvió inmediatamente a otro lado y le preguntó de un modo muy perceptible al dueño de la casa quién era aquel joven tan raro. Ambos se pusieron a cuchichear y salieron del aposento. Yo pude ver aún, por el resquicio de la puerta, cómo Yulián Mastakóvich, que escuchaba con mucha atención al dueño de la casa, movía la cabeza admirado y receloso.
Después de haberme reído lo bastante, yo también me trasladé al salón. Allí estaba ahora el personaje influyente, rodeado de padres y madres de familia y de los dueños de la casa, y hablaba en tono muy animado con una señora que acababan de presentarle. La señora tenía cogida de la mano a la pequeña que Yulián Mastakóvich besara hacía diez minutos. Ponderaba el hombre a. la niña, poniéndola en el séptimo cielo; ensalzaba su hermosura, su gracia, su buena educación, y la madre lo oía casi con lágrimas en los ojos. Los labios del padre sonreían. El dueño de la casa participaba con visible complacencia en el júbilo general. Los demás invitados también daban muestras de grata emoción, e incluso habían interrumpido los juegos de los niños para que éstos no molestasen con su algarabía. Todo el aire estaba lleno de exaltación. Luego pude oír yo cómo la madre de la niña, profundamente conmovida, con rebuscadas frases de cortesía, rogaba a Yulián Mastakóvich que le hiciese el honor especial de visitar su casa, y pude oír también cómo Yulián Mastakóvich, sinceramente encantado, prometía corresponder sin falta a la amable invitación, y cómo los circunstantes, al dispersarse por todos lados, según lo pedía el uso social, se deshacían en conmovidos elogios, poniendo por las nubes al comerciante, su mujer y su nena, pero sobre todo a Yulián Mastakóvich.
-¿Es casado ese señor? -pregunté yo alto a un amigo mío, que estaba al lado de Yulián Mastakóvich.
Yulián Mastakóvich me lanzó una mirada colérica, que reflejaba exactamente sus sentimientos.
-No -me respondió mi amigo, visiblemente contrariado por mi intempestiva pregunta, que yo, con toda intención, le hiciera en voz alta.
***
Hace un par de días hube de pasar por delante de la iglesia de ***. La muchedumbre que se apiñaba en el balcón, y sus ricos atavíos, hubieron de llamarme la atención. La gente hablaba de una boda. Era un nublado día de otoño, y empezaba a helar. Yo entré en la iglesia, confundido entre el gentío, y miré a ver quién fuese el novio. Era un tío bajo y rechoncho, con tripa y muchas condecoraciones en el pecho. Andaba muy ocupado, de acá para allá, dando órdenes, y parecía muy excitado. Por último, se produjo en la puerta un gran revuelo; acababa de llegar la novia. Yo me abrí paso entre la multitud y pude ver una beldad maravillosa, para la que apenas despuntara aún la primera primavera. Pero estaba pálida y triste. Sus ojos miraban distraídos. Hasta me pareció que las lágrimas vertidas habían ribeteado aquellos ojos. La severa hermosura de sus facciones prestaba a toda su figura cierta dignidad y solemnidad altivas. Y, no obstante, a través de esa seriedad y dignidad y de esa melancolía, resplandecía el alma inocente, inmaculada, de la infancia, y se delataba en ella algo indeciblemente inexperto, inconsciente, infantil, que, según parecía, sin decir palabra, tácitamente, imploraba piedad.
Se decía entre la gente que la novia apenas si tendría dieciséis años. Yo miré con más atención al novio, y de pronto reconocí al propio Yulián Mastakóvich, al que hacía cinco años que no volviera a ver. Y miré también a la novia. ¡Santo Dios! Me abrí paso entre el gentío en dirección a la salida, con el deseo de verme cuanto antes lejos de allí. Entre la gente se decía que la novia era rica en dinero contante y sonante y que poseía medio millón de rublos, más una renta por valor de tanto y cuanto...
"¡Le salió bien la cuenta”, pensé yo, y me salí a la calle.
Fiodor Dostoyevski
Navidad en Japón
La Navidad, que en Japón es al fin y al cabo algo importado gracias al cine de Walt Disney y Hollywood, sirve para conectar la realidad del calendario occidental con el Occidente de fantasía que recrean los parques de atracciones americanos.La Navidad en Disney World Tokyo o en Universal Studios Japan es propicia para observar la relación cultural que mantiene el país con su principal aliado. Japón ha adoptado desde la segunda guerra mundial una gran cantidad de manifestaciones de la cultura popular estadounidense, pero siempre de manera superflua y sin que estas hayan llegado a suprimir las autóctonas.
El 25 de diciembre es el solsticio de invierno y en el hemisferio norte el sol parece detenerse en su descenso para elevarse nuevamente en el firmamento: los días se prolongan y la primavera hace renacer la esperanza.
Persas, griegos, egipcios, fenicios, sirios, celebraban el 25 de diciembre el parto de la Reina de los Cielos, la Virgen celestial y el nacimiento de su hijo, el dios solar.
Dionisos o Baco, a quien los griegos llamaban 'El Salvador’, nació de una virgen el 25 de diciembre; lo mismo que Hércules. También, ese día, se celebraba el nacimiento de Adonis.
Los egipcios fijaban la preñez de Isis, la 'Virgen Reina de los Cielos’, en marzo, y el parto de Horus a fines de diciembre. Este pueblo no solo adoraba una madre virgen, sino que presentaba a los seguidores la efigie de un recién nacido acostado en un pesebre. Osiris también fue hijo de una 'Virgen Santa’, y nació un 25 de diciembre.
También ese día habría nacido Buda, que tampoco fue concebido sexualmente aunque su madre fuera casada.
Para los escandinavos, Frey, hijo de Odín y Frigga, nació el 25 de diciembre.
Los druidas celebraban, el 25 de diciembre, su fiesta anual del fuego
En Roma, en esa fecha, se conmemoraba el nacimiento del Sol invicto y, también, el de Mitra, el dios solar persa, cuyo culto adoptó el Imperio Romano.
Los primeros indicios de celebraciones cristianas de la Natividad se ubican a fines del siglo II.
A fines del siglo III o a inicios del IV la Iglesia occidental consagra el 25 de diciembre.
Las costumbres navideñas tienen raíces paganas.
En Roma se celebraban las Saturnales desde el 21 de diciembre hasta fin de año –otros dicen que entre el 17 y el 19 de diciembre–.
En Inglaterra, los puritanos trataron de abolir la Navidad pues la consideraban como una continuación de las “vanidades y excesos en que cayeron los gentiles”.
En el siglo III, Tertuliano protestó contra la costumbre de adornar las casas con guirnaldas de flores, pues esa era la misma forma en la que lo hacían los paganos.
En la antigüedad, las ramas de hiedra, de laurel y de mirto y otras de verdor perenne, eran símbolos del vigor generador y la juventud perpetua de Dionisos.
Los druidas de las Galias adoraban el muérdago por su virtud vitalizadora y sus poderes curativos, y creían que portarlas o besarlas ayudaba a hacer fértil a la mujer que hasta entonces no había podido concebir.
El nacimiento de Jesús no pudo ser en diciembre, como refiere el Evangelio, es la estación de frío y lluvia en Judea y los pastores no podrían tener sus rebaños a campo abierto,. La Iglesia armenia lo festeja el 6 de enero
http://peru21.pe/impresa/noticia/25-diciembre-fecha-compartida/2009-12-24/264053