A Carratalá se le recuerda por fusilar a Maria Parado de Bellido, cuando éste es enviado a pacificar la provincia de Cangallo, pero su perversa alma se esforzó por ser trascendente y mentada.
El 26 de mayo de 1821 entró en Chupaca gritando “Viva la Patria” y cuando los indios se reunieron en la plaza y echaron las campanas a repique comenzó a asesinarlos, (perfidia que envidiaría alguno). Terminó su celebración colgando cabeza abajo a los últimos hombres y mujeres que encontró y los mandó azotar hasta la muerte.
Carratalá alcanzó fama en su tiempo por incendiar pueblos pero hubo un hecho que hasta en él resultó bestial. Debiendo alejarse de tropas insurgentes superiores, tenia Carratalá a parte de sus soldados heridos, como sabía que si los dejaba -estaban en una iglesia, el hospital de la época- serían reclutados por el enemigo, les dio las gracias por sus servicios prestados a su real majestad -en realidad les dijo que habían tenido el alto honor de pelear por el rey- y los quemó vivos.
¿Algún paralelo con el proceder de nuestros políticos más exitosos?
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Definitivamente en busqueda de la disciplina, en estos tiempos venida a menos, algunos padres de familia consideran que la educacion militarizada es una alternativa o mejor lo consideran una solucion a su perdida de autoridad sobre los hijos, y hay maestros que respaldan esta postura, es en este contexto que es pertinente hacernos la pregunta para que educamos, cual es el ideal de ciudadano que pretendemos como sociedad o acaso estariamos conformes con personas ceñidas a ordenes sin capacidad de pensar u oponerse a sus superiores, bajo el falso precepto de respeto a la jerarquia y obediencia; o tal vez ese sea el mecanismo de sumision establecido para paises pobres como los nuestros en donde si miramos el contexto convendria tener estudiantes y ciudadanos con esas condiciones, cada vez mas serviles a sus superiores,habria que ratificar la pregunta entonces para que educamos?.
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