sábado, 19 de diciembre de 2009

elementos para entender el cambio climático

es un tema complejo, empecemos con esto



Copenhague

Para Pascal Housting, presidente de Greenpeace-Francia, los resultados de la Cumbre de Copenhague “nos llevan directamente contra el muro”.
Para el diario conservador danés Berlingske Tidende se trata de un “fracaso catastrófico”.
Para Barack Obama, es algo “satisfactorio pero insuficiente”.
Para el presidente de la UE, Fredrik Reinfelt, un acuerdo “que no sirve para el objetivo de los dos grados”.

Luego de dos años de consultas previas, la cumbre tuvo doce días de intensos e inusitados procesos negociadores. Al final, mientras que la negociación formal entre 197 países tenía lugar en el plenario, los pasillos y las salas de consultas, a 24 horas del término de la conferencia y en circunstancias que no se veía en el horizonte la posibilidad de un acuerdo, Barack Obama realizó una negociación directa con el Primer Ministro chino Wen Jiabao, el Primer Ministro indio Manmohan Singh y los presidentes de Brasil y Sudáfrica, Lula y Jacob Zuma. Los dos países con mayores índices de contaminación y responsabilidad en el recalentamiento de la tierra, más las economías emergentes más importantes de Asia, África y América Latina convinieron un acuerdo político mínimo. Al margen de las otras 192 delegaciones, incluida, sorprendentemente, la Unión Europea.

Ese acuerdo pactado por la libre se llevó al plenario como la única alternativa posible. Un “fait accompli”. Como las Naciones Unidas tienen la regla no escrita del consenso, que significa un acuerdo generalizado que admite oposición, siempre y cuando ésta no se exprese en términos de impedir la decisión”, se pensó que la fórmula tendría viabilidad procesal. Pero Bolivia, Cuba, Nicaragua, Sudán y Venezuela hicieron oposición formal, con lo cual no podía aprobarse el acuerdo. Una intervención providencial el ministro británico Ed Miliband resolvió la situación al proponer que la conferencia no apruebe sino que se limite a tomar nota del acuerdo, lo que no requería consenso y permitía ingresar el documento al ámbito administrativo de las Naciones Unidas y abrir las puertas para su ejecución.

En vez del nuevo tratado vinculante que se esperaba, con metas cuantitativas concretas y un sistema de verificación internacional para las reducciones de emisiones de gases, se ha obtenido un acuerdo político minimalista, negociado por cinco países, que se encuentra muy lejos de las esperanzas previas a la cumbre y más distante aún de las exigencias que la situación del recalentamiento de la tierra exige. Su contenido quizás tenga la única virtud de ser mejor que nada:

1) Se mantiene como objetivo principal un alza de las temperaturas globales limitada a 2ºC de aquí al 2050 en relación a los niveles pre-industriales;

2) No se establecen metas obligatorias de reducción de las emisiones de CO2.

3) Se crea un fondo a favor de los países en desarrollo de 100 mil millones de dólares, a partir del 2020; y se aumenta desde el 2010 la ayuda para el desarrollo en 30 mil millones de dólares. Los científicos señalan que con estas medidas no se obtendrá la meta de un calentamiento de 2ºC. La tierra se seguirá recalentando.


http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/copenhague-de-espaldas-al-calentamiento-global_53021.html



Dice De Weck que lo expresado hace 21 años por el científico de la Nasa, James Hansen, ante el Congreso de Estados Unidos sobre un “calentamiento global en marcha” tiene hoy un grado de certeza superior al 99%.Dijo el estadounidense Hansen, el 23 de junio de 1988, que “el planeta Tierra mostraba una tendencia al calentamiento a largo plazo, y que ello se debía casi con toda seguridad a los gases de efecto invernadero provocados por el hombre. Señaló también que el calentamiento global potencia ambos extremos del ciclo hidrológico; es decir, incendios forestales y sequías más persistentes, por una parte, pero también lluvias más intensas e inundaciones. Hace 21 años ese testimonio fue recibido con escepticismo. “Sin embargo, lo que resulta grave no es ya el escepticismo antiguo, sino la indiferencia actual y la actitud negligente frente a lo que ya se conoce que viene sucediendo, y lo que puede suceder con la humanidad en este contexto. Esa indiferencia es también la expresión de un sistema–mundo en descomposición”. Es como si Charles de Weck hubiera estado escuchando llover, llover torrencialmente, dolorosamente, sobre Huamanga.Es texto que citamos tiene como origen un seminario que se desarrolló en Arequipa, en agosto último, pero ha sido enriquecido más adelante por los científicos y especialistas que participaron en aquél.Debo subrayar que en el ya citado prólogo De Weck vaticina, basándose en los antecedentes de Kioto, Bali y Poznan, que la Cumbre de Copenhague iba a terminar en muy poco, “por no decir casi nada”. En los textos sorprende la coincidencia entre los reclamos y luchas de los pueblos amazónicos y las comunidades andinas y los dictados de la ciencia. Una sola observación debería bastar para conmover a quienes creen que la naturaleza hay que entregársela a las transnacionales: en la región andina, que tiene el 95% de los glaciares tropicales del mundo (el 71% están ubicados en el Perú) el proceso de desglaciación acelerada puede dejar sin agua a ciudades, industrias, agricultura e hidroeléctricas. Lima, La Paz y Quito pueden morir de sed.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columna-del-director_11.do
http://peru21.pe/impresa/noticia/espantapajaros-frustran-reunion-copenhague/2009-12-21/263790
http://motherjones.com/politics/2009/12/copenhagen-decoded
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=97577

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