sábado, 26 de diciembre de 2009

Navidad en Japón


La Navidad es una de las celebraciones que ponen más de manifiesto el eclecticismo y el sincretismo de los japoneses. A pesar de que solo un 1% de los 128 millones de habitantes del archipiélago son cristianos, durante el mes de diciembre las ciudades japonesas se engalanan con motivos navideños, adoptados sobre todo de su versión estadounidense. Decoraciones luminosas, árboles de Navidad y, sobre todo, muchos papanoeles pueblan los centros comerciales de Japón, donde además suenan villancicos clásicos en versión inglesa.

La Navidad es sobre todo una fiesta comercial. En las casas, además, se come el kurismasu keiki, un pastel normalmente cubierto de nata y decorado con fresas. Las parejas jóvenes se reúnen en Nochebuena en cenas románticas que a menudo terminan en alguno de los abundantes rabu hoteru, hoteles en que las habitaciones se pagan por horas. La madrugada del 25 hay cola para entrar a rematar la fiesta.Para muchas chicas resulta un trauma llegar a la fecha sin novio. "Lo dejamos en octubre. Soy tonta, ¿verdad? Justo dos meses antes de la Navidad. Qué momento más inoportuno", comentaba recientemente Ai, una joven de 19 años. Por su parte Nanako, de 20, explicaba que ella y su novio habían decidido posponer la celebración hasta el fin de semana, ya que el día de Navidad en Japón es laborable y este año caía en jueves.

Posiblemente por eso muchas de las decoraciones de Navidad se han mantenido este año unos días más de lo habitual. Casualmente, el día 23 de diciembre es festivo porque se celebra el cumpleaños del emperador, pero, a diferencia de lo que pasaría en otros países, aquí casi nadie hace puente y la mayoría de los trabajadores solo disfrutan de cuatro o cinco días festivos alrededor del Año Nuevo.

Donde más se aprovecha la Navidad en Japón, en su vertiente decorativa, es en los dos principales parques de atracciones del país: el complejo formado por Disney World y Disney Sea, en los alrededores de Tokio, y Universal Studios Japan, en Osaka. Ambos están estos días llenos de jóvenes japoneses que aprovechan las dos semanas de vacaciones escolares de invierno.
La Navidad, que en Japón es al fin y al cabo algo importado gracias al cine de Walt Disney y Hollywood, sirve para conectar la realidad del calendario occidental con el Occidente de fantasía que recrean los parques de atracciones americanos.La Navidad en Disney World Tokyo o en Universal Studios Japan es propicia para observar la relación cultural que mantiene el país con su principal aliado. Japón ha adoptado desde la segunda guerra mundial una gran cantidad de manifestaciones de la cultura popular estadounidense, pero siempre de manera superflua y sin que estas hayan llegado a suprimir las autóctonas.

Una vez guardado Santa Claus en el armario aparecen en Japón las decoraciones sintoístas para recibir el nuevo año; muchos japoneses cumplen como siempre con los ritos de su religión ancestral, pero encuentran también tiempo para acudir a alguna count down party con sabor americano.










El 25 de diciembre es el solsticio de invierno y en el hemisferio norte el sol parece detenerse en su descenso para elevarse nuevamente en el firmamento: los días se prolongan y la primavera hace renacer la esperanza.

Persas, griegos, egipcios, fenicios, sirios, celebraban el 25 de diciembre el parto de la Reina de los Cielos, la Virgen celestial y el nacimiento de su hijo, el dios solar.

Dionisos o Baco, a quien los griegos llamaban 'El Salvador’, nació de una virgen el 25 de diciembre; lo mismo que Hércules. También, ese día, se celebraba el nacimiento de Adonis.

Los egipcios fijaban la preñez de Isis, la 'Virgen Reina de los Cielos’, en marzo, y el parto de Horus a fines de diciembre. Este pueblo no solo adoraba una madre virgen, sino que presentaba a los seguidores la efigie de un recién nacido acostado en un pesebre. Osiris también fue hijo de una 'Virgen Santa’, y nació un 25 de diciembre.

También ese día habría nacido Buda, que tampoco fue concebido sexualmente aunque su madre fuera casada.

Para los escandinavos, Frey, hijo de Odín y Frigga, nació el 25 de diciembre.

Los druidas celebraban, el 25 de diciembre, su fiesta anual del fuego

En Roma, en esa fecha, se conmemoraba el nacimiento del Sol invicto y, también, el de Mitra, el dios solar persa, cuyo culto adoptó el Imperio Romano.

Los primeros indicios de celebraciones cristianas de la Natividad se ubican a fines del siglo II.

A fines del siglo III o a inicios del IV la Iglesia occidental consagra el 25 de diciembre.

Las costumbres navideñas tienen raíces paganas.

En Roma se celebraban las Saturnales desde el 21 de diciembre hasta fin de año –otros dicen que entre el 17 y el 19 de diciembre–.

En Inglaterra, los puritanos trataron de abolir la Navidad pues la consideraban como una continuación de las “vanidades y excesos en que cayeron los gentiles”.

En el siglo III, Tertuliano protestó contra la costumbre de adornar las casas con guirnaldas de flores, pues esa era la misma forma en la que lo hacían los paganos.

En la antigüedad, las ramas de hiedra, de laurel y de mirto y otras de verdor perenne, eran símbolos del vigor generador y la juventud perpetua de Dionisos.

Los druidas de las Galias adoraban el muérdago por su virtud vitalizadora y sus poderes curativos, y creían que portarlas o besarlas ayudaba a hacer fértil a la mujer que hasta entonces no había podido concebir.

El nacimiento de Jesús no pudo ser en diciembre, como refiere el Evangelio, es la estación de frío y lluvia en Judea y los pastores no podrían tener sus rebaños a campo abierto,. La Iglesia armenia lo festeja el 6 de enero

http://peru21.pe/impresa/noticia/25-diciembre-fecha-compartida/2009-12-24/264053

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