jueves, 14 de enero de 2010

culpas haitianas


Papá Duvalier y el temblor
cuando tenía 15 años empecé a practicar atletismo, entonces conocí a un gran amigo, la hermana de éste se había casado con un abogado haitiano y lo supe por que ella y sus hijos habían venido al Perú huyendo del hijo de Papa Doc, un hijo de ... sí , de Estados Unidos

François Duvalier fue elegido presidente de Haití en septiembre de 1957, después que una junta militar depusiera al golpista Dumarsais Estimé, que gobernara desde 1945, gobierno del cual Duvalier había formado parte.

La Embajada estadounidense “santificó” el gobierno de “Papa Doc”, siempre tuvó apoyo norteamericano el régimen terrorista dinástico que instauró en Haití.

Electo con el apoyo de la población negra, que veía en él la forma de luchar contra las élites mulatas, muy pronto Duvalier impuso una represión extrema, prohibió los partidos de la oposición, instauró del Estado de Sitio y recibió del Parlamento autorización para gobernar por decreto.
Duvalier creó una organización propia de policía secreta, Tontons Macoutes, que sembraron el terror y sofocaron toda resistencia.

En 1961, Duvalier decidió la disolución del Parlamento y apoyado por los Tontons Macoutes, se consideró elegido por seis años más.
En 1964 hizo votar una nueva Constitución a la Asamblea Nacional, cuyos diputados fueron nombrados por él mismo, en la que se le concedían poderes absolutos. Ese mismo año se proclamó presidente vitalicio con derecho a sucesión, desató una campaña sangrienta contra los opositores que, solo en 1967, arrojó la cifra de 2 000 ejecuciones.

En enero de 1971, la Asamblea Nacional enmendó la Constitución para permitirle designar a su hijo, Jean-Claude Duvalier, como sucesor.
A la muerte del dictador, el 21 de abril de 1971, Jean-Claude accedió a la presidencia de la República. Tenía 19 años (Baby Doc). aplica la política de su padre, antes de iniciar una tímida liberalización del régimen.

La represión y la extrema pobreza en la cual el régimen mantenía a la población provocaron, a partir de fines de los años '70, el éxodo de la población haitiana hacia la Florida y las Bahamas particularmente.
En 1986, un levantamiento popular derrocó a Jean-Claude Duvalier, que partió a refugiarse en el sur de Francia.

http://www.terrorfileonline.org/es/index.php/François_Duvalier
Haití es, más allá de males propios, el producto degenerado de años de intervencionismo militar estadounidense.
Estados Unidos lo tuvo bajo la bota desde 1915 hasta 1934.
No parecía un destino muy justo para un país que Francia había inventado como fábrica de esclavos desde 1697, tras arrebatarle a España parte del territorio de la isla La Española, y que en una gesta sin precedentes, había sido liberado por dos esclavos que terminaron derrotando a los franceses el 1 de enero de 1804.
Esos dos Espartacos exitosos, esos gigantes de la epopeya anticolonial se llamaron Toussaint-Louverture –que moriría en Francia vejado y torturado- y su discípulo Jean Jacques Dessalines, que aplastó a las tropas imperiales francesas en la decisiva batalla de Vertierres.
los problemas de Haití empezaron cuando Dessalines, el primer guerrillero heroico de América Latina, se proclamó, para sorpresa de muchos, emperador.
La trayectoria circular pudo empezar en ese momento.Papá Doc, esa bestia sanguinaria y rapaz que se proclamó “Presidente Vitalicio” a partir de su elección en 1957, fue un ahijado de Washington.
Cuando eso ya no pudo sostenerse, vinieron las elecciones supervisadas internacionalmente. Cuando las elecciones encumbraron a Jean Bertrand Aristide, curita respondón y de izquierdas, entonces Washington frunció el ceño, pero lo toleró. Lo toleró tanto que hasta ayudó a reponerlo en la silla presidencial tras haber sido depuesto por el golpe del general Raoul Cédras.
En el segundo mandato constitucional de Aristide cuando las cosas se pusieron feas.
Aristide restableció relaciones con Cuba, se acercó a la Venezuela de Chávez y propuso algunas tímidas reformas.
Estados Unidos respondió como siempre, aunque esta vez el golpe de Estado fue encubierto y tuvo una pincelada de sofisticación: en febrero del 2004 Aristide se vio obligado “a renunciar a su cargo” y fue embarcado en un avión bajo la vigilancia de una misión multinacional.
Ayer Aristide, lamentando la tragedia de su país por lo del terremoto, reiteró lo que todos sabíamos: que Estados Unidos estuvo detrás de su derrocamiento y que aquella “renuncia” fue una farsa.
Ese es el Haití que no es noticia, ni la violencia imperial ni el hambre ni la miseria como norma ni la corrupción como endemia ni el dolor silencioso de los miserables son noticia.
¿Haití ha sido destruido por un terremoto? No lo creo. Haití vive en estado de cataclismo institucional y nadie dice nada.

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