domingo, 17 de enero de 2010

Identidad Democrática


La identidad personal
Existe una diferencia entre la diversidad de identidades y la identidad democrática
Es la distinción entre ser y estar.

El individuo configura lo que es de acuerdo a una gama de identidades:
algunas son impuestas por
la biología,
la geografía o
la historia,

otras vienen de elecciones en
los afectos,
las creencias
las aficiones.

Es lo que somos desde la cuna y lo que preferimos o nos empeñamos en ser:
Ciertas identidades nos apuntan y al resto nos apuntamos.
Sobre lo que cada cual es, cree ser o quiere ser poca discusión cabe.

Es una aventura personal reflejada en autobiografías como
las “Confesiones” de San Agustín o de Rousseau,
el diario de André Gide.

La identidad democrática,
Expresa una manera de estar.
de estar junto a otros,
para convivir
para emprender tareas comunes,
pese a las diferencias de lo que cada uno es o pretende ser.

El requisito que se impone en democracia a las varias identidades es no interferir con lo que permite estar juntos o imposibilite la igualdad.

la identidad francesa es, parte de lo que los franceses son,
hay muchas maneras de vivirla,
hay muchas maneras de sentirla y
hay muchas maneras de pensarla
de acuerdo con el resto de los rasgos de identidad que cada cual considera suyos.
hay novelas o películas sobre esta diversidad, que unos viven como drama y otros como conquista

No hay cánones definitivos para ser francés,
pero sí hay cánones definitivos para estar en Francia como ciudadano
la pregunta interesante no indaga lo que significa ser francés,
sino lo que exige ser ciudadano en Francia.
esto es válido para todos los países,

No son minaretes ni campanarios los que amenazan las libertades públicas,
amenazan las libertades públicas los que ponen su pertenencia por encima de sus obligaciones con el sistema democrático que les permite convivir sin indebidos privilegios.

Frente a la cultura de la pertenencia: basada en “somos así
está
LA CULTURA DE LA PARTICIPACIÓN,
Que busca la integración de lo diferente
Que respeta el ser de cada cual pero lo subordina al estar juntos con quienes son de otro modo,
Esta cultura de la participación, se llama LAICISMO.

EL LAICISMO no solo se refiere a las identidades religiosas:
ha de aplicarse a las llamadas identidades de género
(sexo es lo que tenemos los humanos a diferencia de adjetivos y pronombres)
ha de aplicarse a las llamadas idiosincrasias nacionalistas.

No solo los obispos pretenden que el pecado sea convertido en delito por la ley civil.
hay integrismos culturales o etnicistas que aspiran a imponer sus prejuicios ; “aquí somos así, hablamos así …”

Cada cual disfruta o padece su ser y solo se resigna a estar con los demás.

De ahí la importancia
de una EDUCACIÓN CÍVICA,
de una EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA,
que razone y persuada un carácter laico .

Ignoro si este objetivo es alcanzable en nuestra era centrífuga,
estoy convencido de que es deseable e imprescindible.

Fernando Savater
El Comercio 17 de enero del 2010 Pág. A4

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