viernes, 22 de enero de 2010

GUERRA ES PROPAGANDA


Una misión de relaciones públicas en lugar una misión para salvar vidas


Recibí mi exención definitiva del ejército tras publicar un artículo que decía que Israel actúa como Boy Scout, insiste en hacer una buena obra y ayuda a una anciana señora a cruzar la carretera aunque sea en contra de su voluntad.


¡había participado en casi todas las misiones de rescate en zonas de desastre en el extranjero! De golpe y porrazo resulta que ya no soy adecuado para tomar parte en esas aventuras heroicas.


No hemos hecho más que malgastar nuestros esfuerzos.


Empezamos a prepararnos para esas misiones pocas horas después del anuncio de un desastre.


A menudo, el equipo de la misión israelí es el primero en aterrizar en la zona.


Como los que escalan el Monte Everest, van y plantan su bandera en el pico más alto posible, anunciando que el pico está ya conquistado.


Para asegurarse de que el público es consciente de ese logro, la misión va acompañada por los medios, fotógrafos, un pelotón de la oficina del portavoz del ejército israelí, etc.


Comprendí cuál era el propósito cuando se le preguntó al jefe de una de las delegaciones a la zona de desastre si podían trasladar los tanques de oxígeno y a los doctores para dejar espacio a los representantes de otra cadena de TV con su equipo. (¡Con coraje, el jefe de la delegación se negó!)


La carrera competitiva hacia una zona de desastre impone una inmensa presión sobre la sanidad local y las autoridades administrativas.


Los aviones de transporte atascan los aeropuertos al descargar un montón de equipamiento innecesario que abulta mucho.


Los doctores y las organizaciones de rescate tratan de encontrar medios para utilizar carreteras con una única calzada y en realidad resultan una carga.


La forma correcta de ayudar es enviar una pequeña fuerza de avanzada que evalúe las dimensiones del desastre…


¿Llamarían aún a ese niño Israel?


Tres elementos resultan vitales: refugio, agua y alimentos, son decisivas para salvar al mayor número de personas.


Se necesitan equipos para purificar el agua, tiendas, raciones de alimentos básicos.


Pero todo esto carece del efecto dramático deseado.


Si hubiéramos seguido esa dirección, nos hubiéramos perdido ver al niño que nació con ayuda de nuestros médicos. Muy probablemente, la excitada madre no le hubiera puesto a su niño (¿quién sabe si podrá llegar a edad madura?) el nombre de Israel o del ginecólogo o la enfermera que le atendió. (¿Conseguiría la ciudadanía si hubiera nacido en territorio israelí? Habría muchos que se opondría a ello).


El drama es sin duda elegante pero desconfío mucho de su necesidad.


Nuestras fuerzas actuales llevan un supervisor Kashrut, personal de seguridad, etc.


En el desastre que nos ocupa, que es de una escala tal que no puede compararse con nada hasta la fecha, la necesidad no es tanto de un hospital de campaña como de aseos portátiles.


Es más necesario el equipo para cavar tumbas y tuberías para las aguas residuales.


Un país que quiere proporcionar ayuda humanitaria y que no le preocupa su imagen en los medios debería enviar lo que necesitan las víctimas y no lo que quiera entregar.


Pero, ¿iban a mostrar los noticieros de la tarde al comandante de la misión israelí con 500 baños químicos? Muy improbablemente.


Es mucho más inteligente mostrar un hospital israelí repleto de estrellas de David y, por supuesto, entregados doctores y enfermeras, vestidos con sus elegantes uniformes con una bandera israelí en la solapa.


Es muy probable que fuera preferible asistencia financiera proporcional a los recursos de Israel que el enorme gasto y la complicada logística que supone el mantenimiento de una unidad médica sobre el terreno


Pero, un minuto de cobertura en televisión en mucho más importante.


Israel está utilizando los desastres como prácticas [militares] en rescates y atención médica.


Después de dos semanas, la misión se volverá a Israel. Para ser realmente eficaz, un hospital de campaña tiene que permanecer en el lugar durante dos o tres meses, pero esa es una condición que Israel no puede cumplir.


Tan sólo en el recinto donde se presta la ayuda israelí en Haití hay grandes carteles con el nombre del país donante colgados por todas las partes para que todos los vean.


Yoel Donchin: director de la Unidad para la Protección del Paciente en el Centro Médico Hadaza de Jerusalén.


Hay más, los vuelos de Médicos Sin Fronteras, cargados de preciosos suministros médicos desesperadamente necesitados, están siendo repetidamente desviados por las fuerzas estadounidenses, favoreciendo la llegada de equipamiento militar para la ocupación que parece estar produciéndose allí.


Fuente: http://www.richardsilverstein.com/tikun_olam/2010/01/19/the-zionization-of-disaster-relief/


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=99100



NOTA. EN http://ruralesyurbanos.blogspot.com/2010/01/quien-es-quien-en-haiti.html ENTRADA DEL 16 DE ENERO OBSERVABA ESTO, (se le fue incluyendo posteriormente otros links) TRISTEMENTE EL TIEMPO LO HA CONFIRMADO


"Cuando la ayuda humanitaria se vuelve política, deja de ser humanitaria" - declaración de socorrista peruano en el aeropuerto Jorge Chávez, hoy 22 de enero del 2010

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