miércoles, 3 de marzo de 2010

rencores no superados


En los últimos años han sido frecuentes y merecidos los elogios a Chile por la sabia conducción de su democracia y su economía. Eso es mérito, en gran medida, del carácter humilde y práctico de un pueblo que se ve ahora frente a uno de los mayores retos de su historia.

La laboriosidad de los chilenos es prototípica en América Latina. El respeto mundial a Chile y la presencia de sus ciudadanos en áreas de responsabilidad internacional excede con mucho al peso que el país tiene por tamaño y población. Actualmente, sólo en Washington, hay un chileno al frente de la OEA, otro como máximo responsable de la política latinoamericana en el Departamento de Estado y otro como el principal asesor del liderazgo republicano en el Senado. Varios esperan cargos relevantes en los próximos meses y muchos más ocupan posiciones dirigentes en el sector público, universidades y centros de influencia. En Europa se pueden citar multitud de casos similares desde Suecia a España.

En América Latina a veces los chilenos producen más envidia que admiración. Sus vecinos argentinos, que los han ignorado por décadas, se atormentan ahora con un complejo de inferioridad. Por el norte, Perú y Bolivia no han superado el rencor de conflictos pasados y siguen identificando a Chile con sus demonios. Los mismos chilenos que nosotros vemos prudentes y discretos, algunos latinoamericanos los ven sigilosos y taimados.

Las cualidades del pueblo chileno son capaces, sin embargo, de resplandecer por encima de todas las dudas. El valor con el que combatieron la dictadura sólo es comparable al virtuosismo con el que la liquidaron. Su capacidad para conciliar razas, ideas y credos es un ejemplo y una garantía de su propio progreso. Saldrán fortalecidos de este desastre. Lo superarán con sus armas de siempre: su tenacidad y su modestia. Aunque los éxitos de los últimos años les han dado a los chilenos una mayor confianza en sí mismos, no les gusta presumir de sus propias virtudes y paganizan su orgullo nacional con el incomparable grito de ¡Viva Chile, mierda!

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Viva/Chile/mierda/elpepuint/20100303elpepiint_3/Tes
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En El País escribió el general Cheire un artículo amenazante contra el Perú que –por su enorme similitud con uno de Bayly – lo hemos comentado antes. ¿cómo se llevará Bayly con el país?
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La tragedia del sismo, que lamentamos y comprendemos mejor que en España, - donde no hay sismos - ha causado un enorme impacto en Chile, un impacto social (que aquí hemos tratado de examinar antes que otros). este golpe ha demostrado al mundo la debilidad social de chile.
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Hace muchos años leí una novela de ficción en la que chile es atacado por sus vecinos (la HM3 en la jerga chilena) la novela concluye con el caos social en el paós del sur.
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otro ejemplo más cercano: Tarata, yo no entendía Tarata hasta que fui a estudiar a la Champagnat en Miraflores y ví dónde estaba el edificio, comprendí entonces el enorme out psicológico que significó, los señores de Miraflores se pusieron de rodillas, recurrieron a Dios... se rindieron pues. Otra fue la actitud de los despreciados indios de los andes, ellos demostraron valor, resistencia, carácter, fortaleza, dureza, entereza, etc.
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¿qué demuestra chile en esta circunstancia?, pues poco aguante, por eso el comentario del país y otros comentarios. no dudemos que se trata de una campaña psicológica para dar ánimo a gente derrotada.
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todos los manuales militares del mundo señalan las características de la pérdida de moral, cuando la moral se pierde aparece el caos: lo ocurrido en el sur. el general Quiabra tenía y tiene razón, Perú es fuerte por muchas razones - tener indios por ejemplo - y por estar hechos a la tragedia de enterrar a nuestros muertos.

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